Dentro del espectro de los fármacos beta bloqueadores el medicamento a elegir para tratar la ansiedad es el propranolol. El propranolol actúa sobre con igual afinidad sobre los receptores adrenérgicos β1 y β2, de esta forma bloquean algunos de los efectos de la actividad simpática excesiva, diminuyendo la frecuencia cardiaca, la contractibilidad y provocando el aumento del periodo refractario.
El propranolol es, en gran parte, metabolizado en el higado durante su primer paso por la circulación porta a pesar de que, por ser un lipófilo se absorve casi por completo despues de la administración oral. Así que, solo el 25% llega a circulación general. El grado de extracción hepática disminuye a medida que se aumenta la dosis y su biodisponibilidad puede aumentar con la ingestión simultanea de alimentos. Este fármaco tiene un alto volumen de distribución y penetra con gran facilidad en el sistema nervioso central. Además, el fármaco se una a proteinas en un 90%. El propanolol se metaboliza de manera extensa y muchos de sus metabolitos aparecen en la orina. Su depuración varia con la coriente sanguinea hepática y con la administración de otros medicamentos.
Usualmente este medicamento es usado como antihipertensivo y antiarritmico, pero sus propiedades lo convierten un una opción para tratar las crisis agudas del Trastorno de ansiedad, especialmente del Trastorno de pánico. Sin embargo, debe usarse con precaución ya que entre sus efectos adversos se encuentran la bradicardia, el inotropismo negativo, bradirritmias, broncoconstricción, fatiga, alteraciones del sueño como insomnio y pesadillas, prolongación de la hipoglicemia y disfunción sexual en varones. Una dosis de 10 a 40 mg tres o cuatro veces al día suele proveer la respuesta adecuada.